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Moldavia 2012

En este país se nos abren formas nuevas de trabajo solidario. Estamos ante un país, unas personas que son diferentes de lo que conocíamos hasta ahora.

Moldavia es un pequeño país del este de Europa. Linda con Rumania por el oeste, y queda englobado por Ucrania, que lo limita al sur, al este y al norte. Antigua republica soviética, sus habitantes y cultura son históricamente rumanos. El reino en épocas remotas se conocía como Besarabia, y abarcaba una extensión mucho mayor.

Como consecuencia de la época soviética, una minoría muy significativa de sus habitantes es ahora de etnia, lengua y cultura rusas, lo que represente una tensión a la hora de definir su identidad nacional. De hecho la parte este de su territorio, después de un reciente conflicto armado,  ha proclamado una independencia de hecho no controlada ni reconocida por su gobierno.

Tiene una extensión como de la mitad de Cataluña, y unos tres millones de habitantes. Es un país que desde el punto de vista paisajístico también recuerda  al nuestro, en su parte central. Suavemente ondulado, pocos bosques, totalmente cultivado. Abundantes pueblecitos pequeños, de hecho es un país de población mayoritariamente rural, y la agricultura es su actividad principal. Las ciudades que he visitado, Balti, donde está la consulta, y Chisinau, la capital, son ciudades cálidas, de casa más bien bajas, las antiguas con un regusto austrohúngaro, las soviéticas son bloques generalmente de no más de 4 pisos y con espacios amplios entre ellos, calles y arboles, céspedes, arbustos ajardinados. Parques preciosos.

En general es un país donde se palpa la pobreza. Las carreteras están mal cuidadas, hay poco tráfico, las casas están deterioradas…

La iniciativa de este centro de Dentalcoop en Balti parte de una comunidad rumana cristiana pentecostal de España. En especial su promotor es mi buen amigo David Nae. La iglesia en cuyas instalaciones se sitúa la consulta ha sido desde hace años apoyada por nuestro hombre. Mi relación con todo este grupo, el pastor, David, mi enfermera Nelly, que me ha acompañado, los miembros de la iglesia de Balti, otros voluntarios de estados unidos de la misma confesión con quienes he coincidido en este viaje, podría decir que ha sido excepcional. Es difícil encontrar un grupo de personas más cálido, acogedor, educado, sensible, de una corrección exquisita en el trato, y al mismo tiempo de una extraordinaria  seriedad, competencia, eficacia y formalidad en la acción.

Este capital humano del país permite disponer de unas instalaciones de nivel europeo, de una asistencia técnica del mismo, o mejor, calidad y nivel que aquí en casa. Podemos tener también confianza plena en el mantenimiento y en la gestión de la clínica. Y además el paciente es una persona con interés por su salud dental, capaz de apreciar y distinguir una restauración correctamente realizada, y por supuesto, colaborador en el mantenimiento. Además, delicada y tiernamente agradecidos.

Todos estos factores configuran un proyecto diferente de los otros que tenemos entre manos.

La idea es potenciar una clínica con un nivel de asistencia equivalente al que practicamos normalmente en nuestro país, clínica que funcionara continuamente porque cuentan con un dentista y una enfermera del país contratados por la comunidad. Donde  nuestro papel es de apoyo con el suministro de materiales y equipamiento más el refuerzo asistencial puntual de nuestros voluntarios desplazados, que supondrán también un refuerzo en la capacitación y formación técnica del personal  nativo.

Se pretende que la clínica sea económicamente autosuficiente, de modo que parte de la actividad sea de pago por parte de aquellos pacientes que dispongan de medios económicos.

Esto permitirá atender sin coste a las personas sin recursos que son nuestro objetivo principal.

Contamos también con la participación de voluntarios italianos, incluso es posible que lleguemos a realizar cursos prácticos de formación en aéreas especializadas como por ejemplo, implantologia abiertos tanto a nuestros profesionales como a dentistas italianos. Aquí es posible este nivel de trabajo inconcebible en áfrica ya que es factible realizar prótesis en el país y es realista contar con una buena  colaboración en el mantenimiento por parte del personal fijo de la clínica y por parte del paciente. Aun nos falta una batida por los laboratorios de prótesis locales para encontrar el socio adecuado.

Para acabar dos elementos más: el clima en agosto es de balneario. Entre 15 y 25 grados, seco, continental. No hace ni frio ni calor y se duerme de maravilla!

Y los precios son africanos, un paquete de tabaco 1€ por ejemplo. Billete de avión unos 350€    (bueno, esto no es africano, es la mitad que a otros destinos) El alojamiento en el edificio de la iglesia perfecto, limpio y confortable, una cocina de calidad… Un destino tranquilo para quien necesite un descanso, o su edad o salud desaconseje los rigores de otros países, je, je. O si se dispone de poco tiempo y no se amortiza el gasto del avión de nuestras  bases en Africa

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