Image default

Idomeni (Grecia) – Abril 2016

El contraste es brusco. Paisaje idílico, primavera en su apogeo, campos verdes, nuevos, salpicados de amapolas, cielo azul, aire cálido, seco, agradable….y el campo, Idomeni.

Antes de llegar, controles policiales, correctos, pero muchas preguntas. Hay que enseñar documentación, titulo, justificante de la ong…

Una extensión que no se abarca, 10.000 personas con la vía del tren y la catenaria como eje, en tiendas precarias. Sobresalen las carpas de las ONGS importantes, especialmente MSF.

Aparentemente el ambiente es muy pacifico, la gente está en sus tiendas, tumbados, sentados, hablando, cocinando…los niños corretean, juegan, gritan. Gente paseando, muchos, muchos voluntarios de todo tipo y nación, afanosos o aburridos, con chalecos y siglas o con rastas y piercings.

Empezamos nuestra ronda de contactos, buscando el centro médico de los bomberos españoles, la carpa amarilla, nuestro contacto, Bernat. No entro en detalles. Cuesta mucho encontrar a las personas, saber quién es el responsable, el que coordina, donde esta, y si esta!

Vamos arriba y abajo, tratamos de comunicarnos en las zonas donde hay Wifi, Park Hotel, centro neurálgico del voluntariado, Eko Camp, otro campo pequeño instalado alrededor de la gasolinera Eko (hay baños y tienda; y wifi!)

La impresión general es de caos organizativo y de total incertidumbre respecto al futuro próximo. Y vergüenza, vergüenza de nuestros gobiernos, de nuestra Europa y de nuestros pretendidos valores. Admiración por las personas, por los pequeños esfuerzos de tantos voluntarios, por la paciencia y la calma de los refugiados, muchos gente de clase media, educados, una bomba se les ha llevado su casa, la cámara de fotos de un niño que sueña con ser fotógrafo. Y compasión, infinita compasión.

Después de una larga tarde, y una mañana del domingo, hemos conseguido tener las ideas medianamente claras de cómo organizarnos para el futuro envío de dentistas. Contactos establecidos, mails, teléfonos, planes de otras organizaciones…

Las últimas horas de nuestra estancia, montamos una paradita y atendemos a las primeras urgencias. Gracias a un equipo de voluntarios libres, Víctor, de León, Thomas, de Hungría. Nos consiguen agua, barreños, mesas, sillas, jabón, lejía, y sobre todo, un lugar donde instalarnos. En medio de la calle, con un coro de gente jaleando, niños como moscas tocándolo todo, pero así podemos visitar casi 40 pacientes entre Viviana y yo. Mientras tanto, Quim, su pareja, está realizando un extraordinario reportaje. Es nuestro oído y nuestros ojos para perdernos por el campo, hablar con la gente, recoger testimonios e imágenes impactantes.

Os esperamos, dentistas voluntarios. Poneos en contacto con Viviana, de Etnik Solidaria, o conmigo, Alberto Pérez Porro, de Dentalcoop

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies ACEPTAR

Aviso de cookies