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Cooperante en Senegal – Julio’10

Siendo esta mi primera experiencia como cooperante, y tras una organización rápida y papeleos llegamos A brikama – Gambia.

Fuimos recibidos en casa de Malang, un lugar muy agradable dispuesto tanto para turistas como cooperantes. Después de una noche allí, nos llevó media mañana visitar un poco aquella ciudad un tanto caótica. Posteriormente continuamos el camino a Thionck- essyl, un pueblo situado al sur de Senegal, a una hora y media de brikama creo recordar. A partir de ese momento nos esperaban dos semanas de lo que se suponía intenso trabajo.

Llegado el primer día ya encontramos una serie de complicaciones que describiré más adelante. Sin embargo, como hecho agradable y afortunadamente para los lugareños (gracias a la ayuda humanitaria prestada en diciembre del 2009 por parte de dos compañeros), este pueblo tenía desde marzo por primera vez en su vida un odontólogo local, que prestaba sus servicios en el hospital. El odontólogo solo podía realizar exodoncias, por culpa de un compresor que no funcionaba, turbina y material de obturaciones; de endodoncias poco, siendo esta una asignatura que compete allí a los cirujanos y no a los odontólogos generales.

Volviendo a las complicaciones, una es el precio que tienen los lugareños para el tratamiento dental. Se suponía que una vez estando allí, lo hacíamos todo gratuitamente por lo que se llevó mucho material para intentar trabajar lo máximo posible. Nos quejamos por ese detalle pero se siguió cobrando lo que lógicamente disminuyó en gran medida nuestro trabajo. Esa situación la vivíamos cada día salvo uno, en que hicieron un huelga nacional y aprovechamos para trabajar gratis…

Con el odontólogo no tuvimos inconvenientes para trabajar, pues nos turnábamos y era un hombre muy receptivo y estaba muy agradecido con el material que llevamos. Otra de ellas fue un compresor nuevo que ya existía y por el mal trato no servía, después de un arreglo, un par de días funciono y se consiguió hacer alguna que otra obturación, pero éste duro poco.

Aún así todo fue bastante bien, el sillón funcionaba y aprovechábamos cuando había luz y agua, porque no sabías en qué momento se iba. Como terminábamos bastante pronto por la falta de pacientes, nos dedicamos algunos días a realizar una charla rápida sobre prevención, sobre todo a madres. He de decir que yo lo soy y me partía el alma ver los peques con todos sus dientes cariados.

Esta experiencia ha sido muy gratificante y espero poderla repetir. De la gente allí decir que son muy amables, muy educados y en ningún momento sentí peligro de nada, esto último lo digo porque sé que muchos no viajan por miedo, un dato curioso es que en este pueblo no hay ni un policía, están acostumbrados a solucionarlo todo con el diálogo.

Desde aquí me gustaría invitarlos a que participen en cualquier proyecto solidario, ellos ganan mucho con poco , ver los niños agradecidos, que te sonríen y saber que has hecho algo por ellos es muy gratificante. Son muchas cosas que contar pero mejor que viváis la experiencia.

Agradecer a mis compañeros de viaje Iñigo Y Olivier que fueron mis guías, ayudantes y traductores y a “ Solo” su nombre de pila un chico Senegalés, que fue gran compañero y buen guía, con el hacíamos las charlas ya que hablaba aparte del francés el idioma local y por supuesto agradecer a dentalcoop.
Dra. Lorena Arteaga L.

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