Dentalcoop

Senegal – Julio 2014

En Julio del 2014 cuatro odontólogos decidimos emprender un viaje con destino a Senegal. Partimos con tantas ganas e ilusión que desde el primer momento los cuatro congeniamos perfectamente. Nos instalamos en una pequeña casita en Kafountine, donde Jaume nos cuidaba y facilitaba las cosas en todo momento. No quisimos esperar mas y el mismo día que llegamos nos pusimos manos a la obra! Visitamos la clínica donde íbamos a trabajar durante casi un mes, limpiamos el material y lo dejamos todo en orden para que al dia siguiente pudieramos empezar con el proyecto. Colgamos carteles y fuimos anunciando a todo el pueblo que los dentistas ya estábamos ahí! Día tras día los habitantes se fueron animando hasta llegar a llenar la gran “sala de espera”. Trabajamos muchísimo y pudimos sacar adelante casos muy complicados! El idioma no fue un gran impedimento a la hora de entenderles gracias a la ayuda de kons, el traductor que nos ayudó! Tanto, que finalmente aprendimos a dar las pautas antibióticas en “wolof” ???? Hicimos muchas amistades que nos enseñaron variedad de cosas. Aprendimos su cultura, aprendimos que las prioridades cambian y que uno no necesita tanto para ser feliz. Después de tanto trabajo, nos merecíamos un descanso! Así que decidimos hacer un viajecito de 5 días a la isla de karaban y Cap Skirring. Lugares que recomiendo al 100%. Fue un placer aportar nuestro granito de arena y sin duda me encantaría volver. Este fue mi segundo proyecto de ayuda humanitaria y gracias a este tipo de experiencias aprendes a ver la vida desde distintas perspectivas. Gracias a todos los que nos ayudado en este GRAN proyecto! Gracias Senegal Rim Ranneh Kayali Ana Zar Cantos Rafael Zar Cantos Rosa Mirambell
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Sáhara – Hombres y Mujeres del Desierto

Shi Ming Chu Odontóloga. Voluntaria Dentalcoop “¡Que Allah te mande a la hammada!” Y allí nos encontrábamos todos en dirección a la mayor hammada del mundo. Es lo que se denomina al árido desierto pedregoso, a diferencia del erg que es la región arenosa. Es una maldición popular en el Sahara Occidental cuando se desea el peor de los infiernos a alguien. Y cómo de irónica es la vida que todo el pueblo saharaui ha acabado arrinconado en ella. Junto con Ana, la bailarina, y la luna nueva, un lunes 20 de abril, el primer equipo de Sahara4x4Solidario salió de Madrid hacia el puerto de Alicante con los vehículos que una semana antes habíamos estado cargando de medicamentos, material, equipo e instrumental odontológico y escolar junto con un balón de fútbol, camisetas y alimentos no perecederos (destacaremos un saco de garbanzos que luego allá por donde fuéramos nadie quiso, ya que se requería mucha agua y tiempo para ablandar). Aquel día de carga y descarga conocí a Almeida, promotor y coordinador de todo este proyecto y a Jalisco, el doctor de los motores. Del puerto de Alicante llegarían en barco a Orán, en Argelia, y de allí comenzarían su viaje africano en 4x4 hacia los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf donde nos reencontraríamos. Nosotros, el equipo de salud dental de los Territorios Liberados del Sahara Occidental, de Dentalcoop, salíamos el viernes 24 de abril. Mis conocimientos y mis manos, que Madrid se empeñaba en poner a saldo, ya estaban metidos en la mochila. Un mes y medio antes me reuní con el Dr. Ignacio Calatayud, el director del proyecto. En aquella reunión me mostró fotos, me ilustró en mapas el viaje que se pretendía hacer hasta Mijek (al sur de los Territorios Liberados, a más de 800 km de los campamentos de refugiados), las opciones que teníamos, las circunstancias en las que trabajaríamos, y los posibles riesgos. Trataba de que me uniera al equipo, intentando disipar cualquier duda que pudiera tener. Sería mi primera experiencia en cooperación e Ignacio me había preparado prácticamente una conferencia. Le miraba con una sonrisilla entre atenta y perpleja. En mi corazón no había miedo.   Los nervios de mi madre se apaciguaron cuando vio en el globo terráqueo del salón que Tindouf estaba aproximadamente en la misma latitud que las Islas Canarias, y el resto del viaje parecía que perdía importancia. Mis amigos y mi familia no intentaron ni por un momento disuadirme porque me conocían. Me observaban proceder y fue pasmosa la tranquilidad con la que preparé la mochila que me habían donado mis hermanos para la causa. Hace 2 años que no cogía un avión y las dos últimas veces fueron en circunstancias personales muy difíciles. No sentía ni la emoción de la anticipación del comienzo de una nueva aventura. Había dejado los asuntos en relativo orden. Estaba en paz con la vida. La gente que amaba, sabía que le amaba como siempre lo habían sabido. Quedamos a las 10:00 en el aeropuerto para repartirnos en el equipaje a facturar el material de donaciones de última hora que Nayi había reunido con mucho tesón y trabajo. Mi buen amigo Marijuán, que hizo una donación a la causa, se ofreció además a llevarme al aeropuerto. Una vez allí conocí al resto del equipo odontológico: Nayi, odontóloga de procedencia dominicana y de raíces libanesas, arábigas y españolas; Syra, una estudiante de odontología higienista-técnico protésico saharaui formada en España y Juanma, un odontólogo de Cartagena, un viejo amigo y compañero de Ignacio con el que se reencontraba tras un par de décadas. Compartimos el viaje hasta Tindouf con Yslem, un famoso rapero saharaui, que se dirigía a los campamentos para participar en el festival internacional de cine FiSahara. Sus letras estaban cargadas de optimismo y sus palabras contenían la lucidez madura de un profundo conocimiento del mundo. Allí radicaba su lucha y compromiso con su pueblo. Quizá nos conocemos de otras vidas pero en ésta, todos compartíamos risas y una causa. No sabía realmente cómo el destino me había llevado hasta allí pero me hallaba sobrevolando el desierto en mitad de la noche. No lo veía, pero lo sentía… El desierto estaba calmo y sólo se oía el runrun del motor del avión. Abba, dentista saharaui y coordinador del proyecto por parte del Ministerio de Salud, nos recibió en Tindouf para llevarnos a Rabouni, la capital administrativa de los campamentos de refugiados. La caravana que formamos estaba lista la tarde siguiente para partir hacia Mijek, pasando a mitad de camino por Tifariti, para recoger y dejar material en el hospital Navarra donde el equipo de Dentalcoop y Sahara4x4Solidario había instalado el año anterior una clínica dental completa. Al salir íbamos por una carretera asfaltada que pronto dejamos atrás. Lo increíble del Desierto es que tiene un Viento salvaje, un Sol abrasador, una Arena que penetra en lo más recóndito, y un infinito que no se puede captar con palabras o con ninguna foto. Y estábamos en aquel mar esperando la próxima gran ola que nos hiciera poner al vuelo las 4 ruedas o rebotar nuestras cabezas contra el techo de los todoterrenos. Por el camino siempre ocurrían repentinas paradas para cortar ramas secas de los escasos árboles y conseguir algo de leña para poder pasar la noche. Cuando al caer la tarde, advertíamos que una hoguera incendiaba el horizonte por el oeste, no cabía más opción que pasar la noche a la intemperie. Este pueblo está tan organizado, y adaptado a su medio, que observamos anonadados cómo 9 hombres del desierto fueron capaces en hora y media de sacrificar un cabrito en dirección a La Meca; desmembrarlo y descuartizarlo; encender 3 fuegos de distintos tamaños, uno para la olla, otro para la parrilla de pinchos morunos de carne y vísceras de camello (dromedario), y las brasas para la tetera; barrer y enmoquetar el desierto; hornear pan en la arena; preparar el té ceremoniosamente; y por último, cenar y lavar los platos con arena. Reparé...
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Entrevista a Emilie Ngomo

Hola a todos, Emilie Ngono trabaja en el equipo de gestión del Hospital de Monavebe, el hospital hermanado con Recover que se encuentra en Sangmelima, Camerún. Emilie pasó por España hace unos meses para recibir formación sobre gestión hospitalaria en la Fundación Jiménez Díaz-Clínica de la Concepción en Madrid, y antes de volver a Camerún, quiso compartir un ratito con nosotros para charlar sobre su trabajo y su experiencia. Este es el resultado que esperamos que os guste: ¿Cómo definirías la situación de la Sanidad en Camerún? “En Camerún la Sanidad todavía es un área que hay que desarrollar. Hasta ahora la Salud no es gratuita. Pagamos por todos los servicios. Necesitamos de una estructura sanitaria. Y menos de la mitad de la población puede acudir a un centro de salud, debido a falta de dinero. Entonces, todavía hay muchas cosas que hacer en sanidad en Camerún” ¿Cuáles son las principales diferencias con la Sanidad española? “La gratuidad. Aquí la salud es gratuita y todo el mundo tiene derecho a ir a ver a un médico cuando está mal. Aquí también veo que la gente pasa revisiones. La salud es una cosa que se va siguiendo continuamente, no es como en Camerún que la gente va al médico cuando ya no está bien, cuando se encuentra peor. Y luego está todo bien arreglado para tener un buen médico que te atienda bien, que dispone de los equipos necesarios… La gente tiene la atención y todo lo que necesita aquí. Eso allí todavía no lo tenemos” ¿Qué papel tiene la Cooperación Internacional en la salud de Camerún? “La cooperación es más que necesaria, porque nos ayuda mucho. Por ejemplo ahora que he venido aquí, he visto un poquito otra forma de desarrollar la sanidad en mi área. La formación junto con aportaciones económicas, equipamiento, infraestructura… todo eso es muy importante, porque nosotros solos no podemos. El gobierno no nos ayuda en ese sentido.” Sobre los voluntarios y las voluntarias que acuden. ¿Qué aportan allí? “Su aportación depende del perfil del voluntario. La verdad es que normalmente los voluntarios que vienen preparados mentalmente ante la realidad de la sanidad en Camerún nos aportan bastante. Los que no están preparados nos dan un poquito de problemas porque se encuentran con dificultades, por ejemplo, no entienden que para atender a un paciente, éste tenga que pagar. No están acostumbrados y se lo toman como una lucha, creen que tienen que conseguir que todo sea gratis, pero esto no es así porque luego nosotros tenemos que pagar la luz, tenemos que pagar los sueldos… Por todo esto, a veces tenemos dificultades con los voluntarios.  Pero cuando están bien preparados desde aquí, viniendo y sabiendo la situación, conociendo cómo funciona la sanidad en Camerún… nos aportan mucho, ya sean voluntarios asistenciales, de gestión o de otro tipo. Hay que conocer el contexto para ayudar mejor” ¿Cómo es la relación de hermanamiento que tienen la Fundación Recover Hospitales para África y el hospital de Monavebe? “Recover ha entrado en 2009. El obispo hizo una propuesta para ayudarle a recuperar el edificio y el funcionamiento. La estructura sanitaria estaba abandonada. Entonces Recover ha entrado y nos ayuda principalmente en tres cosas: en Infraestructuras, equipamiento y en la formación del personal. No entran en gestión del día a día pero sí que nos apoyan en cosas de inversiones y formación” ¿Y cómo se identifican cuáles son las necesidades el hospital? “Hablamos mucho con la población que nos hace peticiones y también con el personal sanitario que va viendo qué hace falta uno u otro servicio en función de la demanda que hay. Son principalmente estos dos elementos: la población que nos pide en el boca a boca o los profesionales que se dan cuenta de que hay un área que todavía hay que desarrollar. Valoramos y si nosotros podemos hacerlo con nuestros medios, lo hacemos. Si no, si es demasiado para nosotros solos, pedimos ayuda a Recover” ¿Estáis contentos con el trabajo de la fundación Recover? “La verdad es que el trabajo de Recover me gusta porque no es una ONG como la que encontramos muchas veces, que vienen, hacen muchas donaciones durante un tiempo, luego se van y pues a lo mejor todo deja de funcionar otra vez y volvemos a lo mismo. La ventaja que tenemos con Recover es que viene, nos apoya, pero lo más importante es que intenta que nosotros seamos sostenibles y eso es muy importante. Porque hay que formar a la gente, hay que educarles a mantener las cosas, a desarrollarse y eso es lo que más me gusta de Recover. Lo que hace es que si un día Recover se va, no vamos a dejar de funcionar de repente” ¿Qué es lo que el hospital necesita a corto y medio plazo? “De momento lo que más me gustaría para que el hospital sea un poco más profesional son los equipos. Necesitamos equipos como el ecógrafo para el médico, porque hay muchos diagnósticos que hacemos así. Una sala de rayos X, así no vamos a perder a todos los pacientes que mandamos para hacer una radiografía a otro hospital. Luego el bloque operatorio que está rehabilitado pero todavía hace falta equiparlo. Y el banco de sangre. Esas son las cosas que necesitamos. A ver si dentro de un año podemos tenerlo. Luego a largo plazo pensamos en ampliar el hospital y ofrecer nuevos servicios como oftalmología o pediatría” ¿Qué otras necesidades tiene Monavebe? “Tenemos mucha necesidad de personal. Captar personal allí no es fácil. Como no es la capital, no motiva mucho a la gente venir ahí. Tenemos mucho problema para captar ya sea médicos de medicina general, médicos cirujanos, enfermeros… tenemos muchos problemas de captación. Por eso digo que cuando el hospital vaya ampliándose, va a coger fama y seguro que la gente vendrá de lejos para compartir nuestro proyecto” ¿Qué le dirías a los voluntarios, socios y demás colaboradores de Recover? “Lo que puedo decir es dar las gracias a todos...
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Camerun

Camerun Es uno de nuestros proyectos más antiguosA lo largo de los a os ha ido sufriendo modificaciones, en función de las variaciones de nuestra contraparte local. Se inició en colaboración con el hospital de San Martín de Porres en Yaundé . Regido por la hermana Cristina Antolin, de la congregación de las Dominica, y soportado organizativamente por la Fundacion Recover. Asimismo, en paralelo, hemos trabajado en otro hospital administrado por ambas entidades en Yunnan (cerca de Baffousang). Posteriormente iniciamos nuestra relación con un centro médico privado en Yaundé, bajo la responsabilidad de un colaborador del país, Teo Biboum. Esta forma de trabajo se amplió a la organización de campañas con equipos móviles en diferentes ayuntamientos de distrito. En Yaundé y también en poblaciones variadas. En la actualidad se mantiene este formato, habiendo sido sustituido Teo Biboum en Yaundé por una colaboradora Abiba Ntantie. Residente en Yaundé y enfermera titulada adscrita a un hospital de la capital. Además, hemos iniciado nuestra relación con dos centros más fuera de la capital. En Kribi, en la costa atlántica sur con la ONG   Insolafrica, también apoyada por Fundacion Recover, y en Dschang, con la Fundación para la Salud Oral presidida por el Dr. Antonio Castaño (universidad de Sevilla), y con la comunidad de religiosas titulares del centro médico.
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Articulo sobre nuestra actuación en el Sáhara en el periodico Madrid 15m

Tifariti se encuentra en los llamados “Territo­rios Liberados del Sá­hara Occidental”. “Li­berados” porque desde la guerra que enfrentó a Marrue­cos con el Frente Polisario, ha­ce más de 20 años, esta zona es­tá controlada por los saharauis. Se sitúa a unos 350 kilómetros al suroeste de los campamen­tos de refugiados de Tindouf, en Argelia, y fue la última po­blación bombardeada por Ma­rruecos durante la guerra. Es un centro de referencia para los más de 10.000 nómadas saha­rauis que se mueven por uno de los desiertos más duros e inhós­pitos de la Tierra, donde la tem­peratura en verano supera los 50º, y casi nunca llueve. Actualmente, desde el punto de vista sanitario, en to­da esta zona, al igual que en el resto de los Territorios Libe­rados, sus dispensarios y hos­pitales se encuentran en muy malas condiciones en cuanto a recursos humanos y materia­les. Esto se debe a que la coo­peración internacional de ayu­da al pueblo saharaui no llega hasta aquí, y se concentra en los campamentos de refugia­dos de Tindouf, principalmen­te por razones políticas pa­ra no soliviantar a Marruecos. En otras palabras, es una tie­rra política y mediáticamente olvidada. En noviembre de 2013, la ONG Sáhara 4x4 Solidario, que colabora con la Media Luna Ro­ja Saharaui aportando vehícu­los para trasportar material y equipamiento médico, instaló dos sillones dentales en el Hos­pital Navarra de Tifariti. Poste­riormente, en abril de 2014, fue la ONG Dentalcoop la que aca­bó por equipar completamente esta clínica con instrumental y material médico. Las instalacio­nes cuentan con todo el equi­pamiento necesario para ofre­cer una asistencia odontológica de calidad, incluyendo un equi­po de rayos X, autoclave de es­terilización, anestesia, material de empastes, etc. Se creó, así, la primera clínica dental del Sáha­ra Libre. El equipo de Dentalcoop, formado por dentistas, auxilia­res e higienistas, y el de Sáhara 4x4 Solidario, por mecánicos y amigos del pueblo saharaui, to­dos ellos voluntarios, pusieron rumbo a Argelia. Algunos ya ve­teranos, y otros nuevos en este terreno, aterrizaron con entu­siasmo y energía para desem­peñar el “trabajo” que tenían encomendado, en un territorio que para la mayoría de ellos era completamente desconocido, histórica y geográficamente. La idea inicial del proyec­to ha sido la de realizar campa­ñas de dentistas voluntarios es­pañoles en distintas zonas de los Territorios Liberados. Hasta diciembre de 2015, unos 30 vo­luntarios han viajado a Tifariti, e incluso hasta Miyek, al sur de esta región, a más de 800 km de los campamentos de Tindouf, en una zona donde nunca an­tes habían llegado cooperantes. En total se han atendido a unos 800 pacientes de diversas pa­tologías. Muchos de ellos nun­ca habían sido tratados por un dentista, y mucho menos con anestesia. Pero el proyecto de Dental­coop no solo se ha centrado en la asistencia médica en el Sáha­ra Occidental. En colaboración con las autoridades saharauis, en concreto con el Departamen­to de Estomatología del Minis­terio de Salud Pública saharaui, Dentalcoop inició en 2014 un programa de formación cien­tífica de los odontólogos saha­rauis. Estos dentistas reflejan la realidad de un pueblo que, a pesar de sus duras condicio­nes de vida, y con total depen­dencia de la ayuda internacio­nal, luchan por salir adelante y mantener viva la esperanza de una solución política al conflic­to saharaui. Porque no solo ne­cesitan recursos, también quie­ren avanzar en su desarrollo y capacidades para ofrecer los mejores servicios y condiciones de vida al pueblo saharaui en su futuro Sáhara Libre. En este “enseñar a pescar”, los voluntarios de Dentalcoop, dirigidos por el Dr. Ignacio Ca­latayud, odontólogo de Madrid con años de experiencia en Áfri­ca, han establecido una serie de actividades de formación mé­dica para los facultativos saha­rauis, además de buscar finan­ciación estable para sostener económicamente los sueldos de estos dentistas. Su realidad en este sentido se traduce en sueldos de 80€ al mes, que co­bran trimestralmente, y en oca­siones con retrasos de varios meses. Esta situación obliga a estos profesionales, para soste­ner a sus familias, a recurrir al pluriempleo como taxistas, en comercios, e incluso dedicán­dose al pastoreo. Además Dentalcoop está poniendo en marcha un Plan Integral de Salud Bucodental que buscará garantizar la mejor asistencia odontológica a la po­blación saharaui, tanto en los campamentos de refugiados co­mo en los Territorios Liberados. Pero lo que realmente ha hecho este grupo de volunta­rios ha sido, respondiendo a la hospitalidad saharaui, crear un vínculo personal. Un víncu­lo que ya existía, pero que es­taba dormido. El de la amistad y las raíces culturales comu­nes que mantiene España con esos otros “españoles” de Áfri­ca, y que va a garantizar que el compromiso con su causa sea también un compromiso con la salud bucodental de todo el  pueblo saharaui.
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